6.2. El Memorandum 2000: la política imperialista

“Manan dos ríos diversos: por un lado el 'nacionalismo' o también el 'imperialismo económico', y del otro el no menos funesto y execrable 'internacionalismo' o 'imperialismo internacional del dinero', para lo cual, donde se está bien, allí está la patria.” Pío XI

El 10 de diciembre de 1974 se elabora el Memorandum 200, también llamado Informe Kinsinguer, pues fue firmado por este político y justificado de la siguiente manera:
“El Presidente ha ordenado un estudio sobre el impacto del crecimiento de la población mundial en la seguridad de los EE.UU. y sus intereses de ultramar”.
Este informe confidencial es desclasificado en 1989, momento en el cual se descubre toda la maldad que contenían las políticas e intenciones Estadounidenses. El documento incluye una serie de “recomendaciones para intervenir en asuntos poblacionales en el extranjero particularmente en los países en desarrollo”. Explica los objetivos de la política demográfica actual de los EE.UU. Aclara las estrategias para conseguir estos objetivos, como el empleo de planes de control de población en países en vías de desarrollo, así como las políticas sanitarias y educativas llevadas a cabo en estos países. Por último expone el papel que juegan los organismos internacionales (ONU, UNICEF, UNFPA, Banco Mundial y otros…) en las políticas de población de los EE.UU.

“Los Estados Unidos tienen alrededor del 50% de la riqueza del mundo pero sólo el 6% de la población mundial.(...) Debemos diseñar una manera que nos permita mantener esa desigualdad.”Memorandum 200

El informe comienza con un análisis demográfico del crecimiento de la población en los países menos desarrollados. Así se sostiene que las necesidades de las poblaciones de los países del Tercer Mundo con respecto a los recursos naturales mundiales “causarán graves problemas que podrían afectar a los EE.UU., a causa de la necesidad que le plantean de aportar mayor apoyo financiero y del esfuerzo de los países en vías de desarrollo para obtener mayores tratados comerciales a través de precios más elevados para sus exportaciones. El documento hace referencia al alto costo comparado de financiar un desarrollo positivo y “a que sería mucho más efectivo usar esos aportes para fines de control poblacional que elevar la producción a través de inversiones directas en riego, proyectos de energía e industrias”.
Siguen una serie de recomendaciones políticas donde se identifican a 13 países claves en los cuales EE.UU. posee un interés político y estratégico. Esas naciones son: India, Blangadesh, Pakistán, Nigeria, Méjico, Indonesia, Brasil, Filipinas, Tailandia, Egipto, Turquía, Etiopía y Colombia. El tema central del estudio es la necesidad de acelerar el esfuerzo por combatir el crecimiento de la población en el mundo en desarrollo y por ello se sugiere convertir a la población del país anfitrión en protagonista de los planes de desarrollo, asegurando amplio acceso a las tecnologías contraceptivas y a la implementación de proyectos de asistencia extranjera, “ofreciendo grandes promesas de motivaciones crecientes para familias pequeñas”.
Otro aspecto que se destaca es que la política poblacional es de gran importancia en cuanto al suministro de recursos y a los intereses económicos de los EE.UU. Sobre la ausencia de estabilidad política se advierte:

“… las concesiones a compañías extranjeras pueden ser expropiadas o estar sujetas a intervenciones arbitrarias. Donde por una acción del gobierno, por conflictos laborales, sabotaje o disturbios civiles, se ocasione el lento fluir de materias primas, el flujo debe ser acelerado. Aunque la presión poblacional no es obviamente el único factor involucrado, ese tipo de inconveniente es mucho menos probable bajo condiciones de bajo crecimiento, o crecimiento cero de la población”.

Se plantean además las estrategias políticas para el control de la población:
Integrar el planteamiento familiar en los servicios de salud de la población, empleando métodos contraceptivos, abortivos y de esterilización.
Usar las ayudas alimentarias y económicas como medios de coerción.
Evitar que surjan sospechas incómodas: “debemos tener cuidado de que la apariencia de nuestras actividades no se ofrezca a los ojos de los países en vías de desarrollo como una política de un país industrializado contra ellos”.

“Existe el riesgo de que líderes de los países menos desarrollados vean las presiones de las Naciones Unidas a favor de la planificación familiar y control demográfico como una forma de imperialismo económico y racial. El plan de acción mundial de las Naciones Unidas proporciona un vehículo excelente para asegurarnos que nuestras actividades no den la impresión de que van en contra de los países en desarrollo.”

Empleo de los medios de comunicación para propagar esta ideología.

El estudio puntualiza cuales son las tres causas principales de los altos índices de natalidad:
Algunas personas carecen de conocimiento o acceso al control de natalidad. Este problema se resuelve suministrando, acercando y proveyendo contraceptivos.
La existencia de “motivaciones inadecuadas” para limitar la fertilidad. El informe Rockefeller (1969) y el Documento Santa Fe (1975) declaran a los católicos como “no confiables” e impulsan a las sectas protestantes como un método para contrarrestar la fuerza de cohesión de la Iglesia Católica. La estrategia de “divide y vencerás” apoyando económicamente cualquier iniciativa para atacar a la Iglesia Católica y afectarla en su labor en favor de la justicia, la libertad y los derechos, explica en parte el crecimiento de las sectas a partir de los años setenta.
La “lentitud en el cambio de las preferencias familiares”.

“Está claro que la disponibilidad de servicios contraceptivos e información no es una respuesta completa al problema de la población. En vista de la importancia de los factores socio-económicos en determinar el tamaño de familia deseada, la asistencia estratégica debe incrementar su concentración en políticas selectivas que contribuyan a la declinación de la población, como también a otros objetivos” Memorandum 200, pag 108.

Por último se examina la educación como un modo de alcanzar índices de natalidad más bajos y no como un derecho cultural de la población. Una estrategia de largo plazo para asegurar la aceptación y el uso de los programas de planificación familiar en los países anfitriones incluye proveer “niveles mínimos de educación, especialmente para las mujeres” y adoctrinamiento para la generación que crece en cuanto al atractivo de formar familias pequeñas (pag. 111).
De todo esto se puede concluir que el propósito del control de población no es brindar un “servicio”, sino alcanzar objetivos demográficos claramente definidos. La motivación de la política poblacional de los EE.UU. radica en la preocupación de que las tasas de crecimiento de la raza humana en los países en vías de desarrollo puedan desequilibrar la balanza del poder en perjuicio de los países industrializados del hemisferio norte y en beneficio de las emergentes naciones del sur.

NSSM 200 (National Security Study Memorandum 200) .

A principios de los 70, durante los últimos días del gobierno del Presidente Nixon, vio la luz un documento del Departamento de Estado, dirigido entonces por el Secretario de Estado Henry Kissinger, en el que se consideraba como “un asunto de máxima importancia”, el crecimiento de la población en los países del tercer mundo. En diciembre de 1974, poco después de la Conferencia Internacional de Población en Bucarest, varias agencias principales de los Estados Unidos de Norte América implicadas en asuntos extranjeros, presentaron un informe detallado sobre el control de la población en países en vías de desarrollo. El informe, conocido como NSSM 200, (National Security Study Memorandum 200) fue compilado por el Consejo de la Seguridad Nacional (NSC, siglas en inglés), que es el nivel del comando más alto en el gobierno de los Estados Unidos de Norte América. El NSC es un organismo dirigido por el propio Presidente de los Estados Unidos y su propósito es coordinar las operaciones de ultramar de todas las ramas ejecutivas del gobierno norteamericano.
Las contribuciones vinieron de la Agencia de Inteligencia Central (CIA), los Departamentos de Estado, de Defensa, de Agricultura, y la Agencia para el Desarrollo Internacional. Las aportaciones y propuestas se recogieron en un informe importante con el título: Las implicaciones del crecimiento mundial de la población para la seguridad de Estados Unidos y los intereses de ultramar. El estudio final, con más de 200 páginas, cubrió muchos asuntos desde las perspectivas de las diferentes agencias que participaban. El informe de seguridad, NSSM 200, desclasificado en junio de 1989, orienta todavía muchas de las directrices de la política exterior de los Estados Unidos de Norte América. La ayuda a los países en vías de desarrollo continúa siendo otorgada, a condición de que estos países estén dispuestos a implementar medidas para el control de la población. El gobierno norteamericano, en el mencionado informe, se hace eco de las preocupaciones “trilateritas” en torno a la creciente dependencia de los países ricos respecto de la importación de materias primas, procedentes de las regiones menos desarrolladas.

“La ubicación de conocidas reservas de metales de más alto grado de la mayoría de los minerales, favorece la creciente dependencia de todas las regiones industrializadas en las importaciones de los países menos desarrollados (PMD)”. National Security Study Memorandum 200

El crecimiento poblacional en los países menos desarrollados pone en peligro el acceso a minerales y a otras materias primas que los Estados Unidos de Norte América necesitan para mantener su hiperconsumismo y su nivel de vida y por consiguiente, atenta contra la seguridad económica y política de los norteamericanos. Conseguir la estabilidad social, económica y política en los países suministradores, mediante la introducción de políticas demográficas, con el propósito de desacelerar el crecimiento poblacional, garantizaría a los ciudadanos norteamericanos su acostumbrado estilo de vida.

“La economía de los EE.UU. requerirá grandes y crecientes cantidades de minerales del extranjero, especialmente de los PMDs. Este hecho hace que los EE.UU. tenga un gran interés en la estabilidad política, social y económica de los países suministrantes. Donde quiera que una disminución de las presiones demográficas, por medio de una disminución en los índices de la natalidad, pueda aumentar las posibilidades de dicha estabilidad, la política demográfica se hace relevante para los suministros de recursos y para los intereses económicos de los EE.UU”. National Security Study Memorandum 200

La introducción de políticas demográficas en los países suministradores se orientaría al cambio de las actitudes a fin de disminuir el volumen del núcleo familiar. Para lograrlo sería necesario poner en marcha intensas campañas antinatalistas.

“Es muy necesario convencer a las grandes masas de que es de su interés individual y nacional el tener, como promedio, solamente tres y quizás sólo dos hijos...el foco obvio y creciente de la atención debe ser cambiar las actitudes de la próxima generación”. National Security Study Memorandum 200

Los Estados Unidos temen ser acusados, por los países menos desarrollados, ya que los habitantes de estos países pobres han de sacrificarse, para que los habitantes norteamericanos disfruten a plenitud de las materias primas, que corresponden a los habitantes de los países pobres. El discurso político se elabora con una doble orientación, humanitaria y de compasión.
Retoman como mandamiento salomónico la propuesta elaborada en la Cumbre de Derechos Humanos de Teherán (1968) y presentada en diversos foros internacionales, sobre el derecho del individuo a determinar libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos. Se defiende que con este principio se estabilizaría la población, que es la condición necesaria para experimentar un desarrollo económico y social sostenible.

“Los EE.UU. pueden ayudar a minimizar las acusaciones de tener un movimiento imperialista detrás de su apoyo a favor de las actividades demográficas, afirmando repetidamente que dicho apoyo se deriva de una preocupación por: (a) el derecho del individuo a determinar libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos...y (b) el desarrollo fundamental, social y económico, de los países pobres”. National Security Study Memorandum 200

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